Nuevos análisis genéticos revelan antiguos cruces entre chimpancés y bonobos y crean nuevas oportunidades de conservación
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Una investigación internacional rompe el dogma de separación de bonobos y chimpancés y revela por primera vez la existencia de flujo genético entre las especies vivas más cercanas a los humanos.
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Chimpanzés del Ngogo Chimpanzee Project (Uganda) | Kevin Kevin Langergraber
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Una investigación liderada por Tomàs Marquès-Bonet, investigador ICREA del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra, y del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG-CRG), junto con Christina Hvilsom, investigadora en el Zoo de Copenhague, revela los cruzamientos producidos hace cientos de miles de años entre las especies existentes más cercanas a los humanos: los bonobos y los chimpancés.
Hace entre 1,5 y 2 millones de años, la evolución dividió el género de los chimpancés en dos especies distintas: los chimpancés comunes (Pan troglodytes) y los bonobos, o chimpancés pigmeos (Pan paniscus), dos especies con fuertes diferencias físicas y conductuales. El conocimiento a día de hoy negaba la existencia de un flujo genético entre ellas, debido al río Congo que separa físicamente la distribución geográfica de las dos especies. La investigación actual, liderada por Marquès-Bonet y Hvilsom, revela por primera vez la existencia de cruzamientos dentro de chimpancés de manera similar a lo que ha ocurrido entre humanos y neandertales.
Las muestras estudiadas, 75 genomas completos de chimpancés y bonobos secuenciados en el CRG-CNAG, abarcan hasta diez países africanos, desde las regiones más occidentales a las más orientales. Muchas de las muestras han sido obtenidas con la ayuda de la primatóloga del Zoo de Barcelona. Los resultados tienen una aplicación inmediata a la conservación de estas especies ya que permiten detectar el origen de muestras procedentes del tráfico ilegal.
“Muchos chimpancés son víctimas cada año del tráfico ilegal. Nuestros datos revelan un estrecho vínculo entre la geografía y la diversidad genética, lo que significa que cuando un chimpancé es, por ejemplo, retenido en la aduana, una muestra de ADN nos puede ayudar a revelar su origen geográfico y de este modo podemos retornar los individuos confiscados a su país de origen”, dice Christina Hvilsom, investigadora del Zoo de Copenhague.
Los investigadores han podido observar además que los chimpancés de África central y oriental comparten más material genético con los bonobos que otras poblaciones de chimpancés. Se cree entonces que el cruce entre bonobos y chimpancés se produjo en dos episodios distintos: uno hace medio millón de años y otro, más reciente, hace 200.000 años.
“Este estudio ha desvelado la historia de mezcla del género Pan, que ha resultado ser muy parecida a la que se ha producido en el género Homo, sugiriendo quizás que el flujo de genes podría haber sido generalizado durante la evolución tanto de los grandes simios como de los homínidos”, comenta el líder del Laboratorio de Genómica Comparativa del IBE y del CNAG-CRG, Tomàs Marquès-Bonet.
Si los comparamos con lo que sabemos sobre los orígenes y la historia de los seres humanos, nuestros conocimientos acerca de las especies existentes más cercanas a nosotros son muy escasos, y dado que muchas de las predicciones sugieren la desaparición de todos los grandes simios durante el siglo XXI, necesitamos poner todos nuestros esfuerzos para entenderlos antes de que desaparezcan.
En el estudio, firmado por los estudiantes Marc de Manuel, Martin Kuhlwilm y Peter Frandsen, han participado ocho países y 16 instituciones internacionales, así como otros investigadores de la UPF y del CRG-CNAG como Ferran Casals, Arcadi Navarro o Ivo Gut.
Hace entre 1,5 y 2 millones de años, la evolución dividió el género de los chimpancés en dos especies distintas: los chimpancés comunes (Pan troglodytes) y los bonobos, o chimpancés pigmeos (Pan paniscus), dos especies con fuertes diferencias físicas y conductuales. El conocimiento a día de hoy negaba la existencia de un flujo genético entre ellas, debido al río Congo que separa físicamente la distribución geográfica de las dos especies. La investigación actual, liderada por Marquès-Bonet y Hvilsom, revela por primera vez la existencia de cruzamientos dentro de chimpancés de manera similar a lo que ha ocurrido entre humanos y neandertales.
Las muestras estudiadas, 75 genomas completos de chimpancés y bonobos secuenciados en el CRG-CNAG, abarcan hasta diez países africanos, desde las regiones más occidentales a las más orientales. Muchas de las muestras han sido obtenidas con la ayuda de la primatóloga del Zoo de Barcelona. Los resultados tienen una aplicación inmediata a la conservación de estas especies ya que permiten detectar el origen de muestras procedentes del tráfico ilegal.
“Muchos chimpancés son víctimas cada año del tráfico ilegal. Nuestros datos revelan un estrecho vínculo entre la geografía y la diversidad genética, lo que significa que cuando un chimpancé es, por ejemplo, retenido en la aduana, una muestra de ADN nos puede ayudar a revelar su origen geográfico y de este modo podemos retornar los individuos confiscados a su país de origen”, dice Christina Hvilsom, investigadora del Zoo de Copenhague.
Los investigadores han podido observar además que los chimpancés de África central y oriental comparten más material genético con los bonobos que otras poblaciones de chimpancés. Se cree entonces que el cruce entre bonobos y chimpancés se produjo en dos episodios distintos: uno hace medio millón de años y otro, más reciente, hace 200.000 años.
“Este estudio ha desvelado la historia de mezcla del género Pan, que ha resultado ser muy parecida a la que se ha producido en el género Homo, sugiriendo quizás que el flujo de genes podría haber sido generalizado durante la evolución tanto de los grandes simios como de los homínidos”, comenta el líder del Laboratorio de Genómica Comparativa del IBE y del CNAG-CRG, Tomàs Marquès-Bonet.
Si los comparamos con lo que sabemos sobre los orígenes y la historia de los seres humanos, nuestros conocimientos acerca de las especies existentes más cercanas a nosotros son muy escasos, y dado que muchas de las predicciones sugieren la desaparición de todos los grandes simios durante el siglo XXI, necesitamos poner todos nuestros esfuerzos para entenderlos antes de que desaparezcan.
En el estudio, firmado por los estudiantes Marc de Manuel, Martin Kuhlwilm y Peter Frandsen, han participado ocho países y 16 instituciones internacionales, así como otros investigadores de la UPF y del CRG-CNAG como Ferran Casals, Arcadi Navarro o Ivo Gut.
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Referencia | Marc de Manuel, Martin Kuhlwilm, Peter Frandsen, Vitor C. Sousa, Tariq Desai, Javier Prado-Martinez, Jessica Hernandez-Rodriguez, Isabelle Dupanloup, Oscar Lao, Pille Hallast, Joshua M. Schmidt, José María Heredia-Genestar, Andrea Benazzo, Guido Barbujani, Benjamin M. Peter, Lukas F. K. Kuderna, Ferran Casals, Samuel Angedakin, Mimi Arandjelovic, Christophe Boesch, Hjalmar Kühl, Linda Vigilant, Kevin Langergraber, John Novembre, Marta Gut, Ivo Gut, Arcadi Navarro, Frands Carlsen, Aida M. Andrés, Hans. R. Siegismund, Aylwyn Scally, Laurent Excoffier, Chris Tyler-Smith, Sergi Castellano, Yali Xue, Christina Hvilsom, Tomas Marques-Bonet. Chimpanzee genomic diversity reveals ancient admixture with bonobos. Nature. Doi: REaag2602/CW/GENETICS
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FUENTE | Universidad Pompeu Fabra
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