Estas son algunas de las profesiones asociadas con un consumo excesivo de alcohol
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Los datos aportados por más de 100.000 británicos durante cuatro años han permitido encontrar pruebas de que los profesionales de determinados oficios son más proclives a convertirse en bebedores habituales. Entre ellos están los trabajadores del ocio nocturno y de la limpieza industrial, profesores de autoescuela, escayolistas y altas directivas.
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Photo by Kelsey Chance on Unsplash
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¿Tiene un camarero más riesgo de beber alcohol sin moderación que una dentista? ¿Un albañil es más propenso a ser un bebedor habitual que una profesora? Un nuevo estudio, cuyos resultados se pueden consultar en la revista BMC Public Health, analiza si existe alguna relación entre la ocupación laboral y el consumo excesivo de alcohol.
Los autores, dos investigadores de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), señalan que han encontrado diversas asociaciones entre dicho consumo excesivo y determinados trabajos en el país, aunque no han podido determinar la causalidad.
“El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de daño físico y mental, y al comprender qué ocupaciones están asociadas con el consumo excesivo de alcohol podemos orientar mejor los recursos y las intervenciones”, declara Andrew Thompson, investigador asociado en el Institute of Translational Medicine y autor del estudio.
Para lograr los datos, los expertos reunieron a un total de 100.817 participantes de entre 40 y 69 años, a través del Biobanco de Reino Unido. Desde 2006 hasta 2010, los participantes tuvieron que declarar periódicamente la cantidad de alcohol que ingerían, expresada en unidades estandarizadas. En Reino Unido, una unidad de alcohol se define como 10 mililitros (8 gramos) de alcohol puro. También, recogieron datos demográficos de cada participante.
Al recopilar la información, establecieron dos baremos mediante los cuales hombres y mujeres podían estar expuestos a un alto riesgo de daño físico y mental. El consumo excesivo de alcohol se definió como más de 35 unidades por semana en el caso de las mujeres y más de 50 en el caso de los hombres. Casi una décima parte de los participantes (17.907) sobrepasaron los baremos y fueron clasificados como bebedores habituales.
De las 353 profesiones contempladas en este estudio, en 77 trabajos se observó una asociación con el consumo de alcohol y 51 albergaban altos niveles de bebedores habituales. Los que más, dueños de pubs y gerentes de locales, profesionales de procesos de limpieza industrial y asistentes de deporte y ocio. Por contra, las ocupaciones con menor proporción de bebedores fueron las clericales, las de físicos, geólogos y meteorólogos, médicos y secretarios escolares.
“Los datos se complementan con otros obtenidos desde la década de 1890, en los que las personas que trabajan de forma rutinaria y directa con el alcohol, como el personal de los bares, muestran las tasas más altas de mortalidad relacionada con esta sustancia. Lo mismo se observa en el extremo opuesto de la gama, donde los miembros del clero [...] han mostrado sistemáticamente bajas tasas de mortalidad relacionada. Estos resultados ponen de manifiesto cómo el entorno ocupacional, que puede incluir creencias sociales y religiosas específicas, influye en la mortalidad relacionada con el alcohol”, recalca el estudio.
Diferencias de género
En cuanto a diferencias por género, las mujeres que ocupaban cargos directivos o en inmobiliarias obtuvieron las mayores prevalencias, seguidas de las profesoras de autoescuela y las camareras. “En el caso de las mujeres, la categoría de directivo mostró la mayor proporción de ocupaciones con prevalencias significativas para el consumo excesivo de alcohol. Esto podría estar relacionado con la tensión laboral o con las largas jornadas de trabajo”, consideran los expertos en el estudio.
Por su parte, los hombres que mayores prevalencias registraron fueron los limpiadores industriales, electricistas especializados en vehículos, personal de la hostelería, escayolistas y trabajadores del sector de los residuos y el reciclaje.
“Las diferencias observadas para hombres y mujeres en las asociaciones entre ocupaciones y consumo excesivo de alcohol podrían indicar cómo los entornos laborales, junto con el género y otros factores complejos, pueden influir en las relaciones con la bebida”, explica el autor.
Si bien en ambos géneros se detectó un elevado consumo de alcohol entre dueños de pubs y propietarios de comercios especializados, esta tendencia fue más acusada entre las mujeres. “Uno de los hallazgos más consistentes en nuestros datos fue que las ocupaciones consideradas como 'comercio especializado' tenían un alto porcentaje de bebedores habituales”, señala el informe.
Aunque este estudio no ha encontrado causalidad en las relaciones ocupación/ingesta de alcohol, sus autores creen que puede ser de utilidad para que los responsables políticos sepan qué sectores podrían tener las tasas más altas de consumo excesivo de alcohol.
“Las intervenciones destinadas a abordar el consumo de alcohol en ocupaciones donde el exceso es frecuente podrían beneficiar tanto a las personas como a la economía en general, al mejorar el bienestar de los empleados y aumentar indirectamente la productividad”, concluye Thompson.
Los autores, dos investigadores de la Universidad de Liverpool (Reino Unido), señalan que han encontrado diversas asociaciones entre dicho consumo excesivo y determinados trabajos en el país, aunque no han podido determinar la causalidad.
“El consumo excesivo de alcohol aumenta el riesgo de daño físico y mental, y al comprender qué ocupaciones están asociadas con el consumo excesivo de alcohol podemos orientar mejor los recursos y las intervenciones”, declara Andrew Thompson, investigador asociado en el Institute of Translational Medicine y autor del estudio.
Para lograr los datos, los expertos reunieron a un total de 100.817 participantes de entre 40 y 69 años, a través del Biobanco de Reino Unido. Desde 2006 hasta 2010, los participantes tuvieron que declarar periódicamente la cantidad de alcohol que ingerían, expresada en unidades estandarizadas. En Reino Unido, una unidad de alcohol se define como 10 mililitros (8 gramos) de alcohol puro. También, recogieron datos demográficos de cada participante.
Al recopilar la información, establecieron dos baremos mediante los cuales hombres y mujeres podían estar expuestos a un alto riesgo de daño físico y mental. El consumo excesivo de alcohol se definió como más de 35 unidades por semana en el caso de las mujeres y más de 50 en el caso de los hombres. Casi una décima parte de los participantes (17.907) sobrepasaron los baremos y fueron clasificados como bebedores habituales.
De las 353 profesiones contempladas en este estudio, en 77 trabajos se observó una asociación con el consumo de alcohol y 51 albergaban altos niveles de bebedores habituales. Los que más, dueños de pubs y gerentes de locales, profesionales de procesos de limpieza industrial y asistentes de deporte y ocio. Por contra, las ocupaciones con menor proporción de bebedores fueron las clericales, las de físicos, geólogos y meteorólogos, médicos y secretarios escolares.
“Los datos se complementan con otros obtenidos desde la década de 1890, en los que las personas que trabajan de forma rutinaria y directa con el alcohol, como el personal de los bares, muestran las tasas más altas de mortalidad relacionada con esta sustancia. Lo mismo se observa en el extremo opuesto de la gama, donde los miembros del clero [...] han mostrado sistemáticamente bajas tasas de mortalidad relacionada. Estos resultados ponen de manifiesto cómo el entorno ocupacional, que puede incluir creencias sociales y religiosas específicas, influye en la mortalidad relacionada con el alcohol”, recalca el estudio.
Diferencias de género
En cuanto a diferencias por género, las mujeres que ocupaban cargos directivos o en inmobiliarias obtuvieron las mayores prevalencias, seguidas de las profesoras de autoescuela y las camareras. “En el caso de las mujeres, la categoría de directivo mostró la mayor proporción de ocupaciones con prevalencias significativas para el consumo excesivo de alcohol. Esto podría estar relacionado con la tensión laboral o con las largas jornadas de trabajo”, consideran los expertos en el estudio.
Por su parte, los hombres que mayores prevalencias registraron fueron los limpiadores industriales, electricistas especializados en vehículos, personal de la hostelería, escayolistas y trabajadores del sector de los residuos y el reciclaje.
“Las diferencias observadas para hombres y mujeres en las asociaciones entre ocupaciones y consumo excesivo de alcohol podrían indicar cómo los entornos laborales, junto con el género y otros factores complejos, pueden influir en las relaciones con la bebida”, explica el autor.
Si bien en ambos géneros se detectó un elevado consumo de alcohol entre dueños de pubs y propietarios de comercios especializados, esta tendencia fue más acusada entre las mujeres. “Uno de los hallazgos más consistentes en nuestros datos fue que las ocupaciones consideradas como 'comercio especializado' tenían un alto porcentaje de bebedores habituales”, señala el informe.
Aunque este estudio no ha encontrado causalidad en las relaciones ocupación/ingesta de alcohol, sus autores creen que puede ser de utilidad para que los responsables políticos sepan qué sectores podrían tener las tasas más altas de consumo excesivo de alcohol.
“Las intervenciones destinadas a abordar el consumo de alcohol en ocupaciones donde el exceso es frecuente podrían beneficiar tanto a las personas como a la economía en general, al mejorar el bienestar de los empleados y aumentar indirectamente la productividad”, concluye Thompson.
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Trabajo de referencia | Thompson A, Pirmohamed M. “Associations between occupation and heavy alcohol consumption in UK adults aged 40–69 years: a cross-sectional study using the UK Biobank”. BMC Public Health (2020)
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FUENTE • Agencia SINC
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ETIQUETAS • Sociedad, Consumo, Salud, Psicología
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