Una herramienta de análisis muestra que la estructura del relato onírico varía según el estadio del sueño
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Investigadores brasileños y sudafricanos comprueban mediante un estudio de grafos que la narración referente a la fase REM tiende a ser más compleja y conectada que la de la etapa no REM.
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Image by Claudio_Scott from Pixabay
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Existen sueños que, al ser tan vívidos, pueden narrarse al modo de un guion cinematográfico, pues perduran en su plenitud de conexiones, con comienzo, medio y fin. En tanto, otros se asemejan a los GIF de WhatsApp, o a lo sumo a un guion de un video corto, al estilo de la red social china TikTok. Si bien pueden ser impactantes y estar repletos de significados, exhiben una estructura mucho más sencilla que la descripción onírica al estilo “largometraje”.
Esta analogía sobre las diferentes formas de relatos oníricos es de la neurocientífica Natalia Mota, investigadora del Instituto del Cerebro de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN), en Brasil, una de las autoras del estudio publicado en PLOS One en el cual se confirmó que los relatos de los sueños acaecidos durante la fase REM tienden a ser más complejos y más conectados que los del sueño no REM, o NREM.
Cabe recordar que el sueño se divide básicamente en cuatro estadios. Los dos primeros (N1 y N2) ocurren cuando la persona está saliendo del estado de vigilia y generalmente tiene entonces sueños cortos, aunque muchas veces son intensos durante esta transición al dormir. El estadio siguiente es el denominado sueño de ondas lentas (N3), cuando prácticamente no se sueña. En tanto, durante el estadio N4 –también conocido como sueño REM o MOR, las siglas en inglés o en español que lo caracterizan por sus movimientos oculares rápidos y repetitivos–, el sueño tiende a ser más expresivo, con conexiones y comienzo, nudo y desenlace.
“Existe todo un conocimiento sobre la ciencia de los sueños que se basa en herramientas objetivas en las cuales evaluadores humanos se capacitaban para leer relatos oníricos y analizar cuán complejos, bizarros o conectados eran los mismos. Se sabe que los sueños del estadio REM son más largos e incluso que parecen más bien películas.
Al automatizar este proceso de análisis, tal como lo hicimos en este estudio, pudimos efectuar por primera vez una evaluación cuantitativa de esa diferencia estructural. Desarrollamos una herramienta con capacidad para analizar un gran volumen de datos rápidamente, sin sesgos subjetivos o incluso de lenguaje, pues puede utilizársela en cualquier idioma”, dice el neurocientífico Sidarta Ribeiro, quien integra el Centro de Investigación, Innovación y Difusión en Neuromatemática (NeuroMat), un Centro de Investigación, Innovación y Difusión (CEPID) apoyado por la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo - FAPESP con sede en la Universidad de São Paulo (USP).
En el estudio, los investigadores analizaron los relatos oníricos palabra por palabra valiéndose de la teoría de grafos, un campo de la matemática que estudia las relaciones entre los objetos de un determinado conjunto.
“No se trata de un análisis semántico, de significado de las palabras. No estamos trabajando con lo que se dijo, sino con la manera como se lo dijo. Esto permite una infinidad de análisis futuros sobre la comprensión del sueño en distintas culturas y países”, afirma Mota.
A través de la teoría de grafos, los investigadores analizaron 133 relatos de sueños de 20 voluntarios a quienes se los despertó en distintas etapas del sueño, fundamentalmente durante el sueño REM, cuando se registran más sueños, y en el estadio N2 (no REM), que no produce tantos relatos oníricos. Al despertarse, los participantes en el estudio narraron sus sueños, y los archivos de audio se analizaron palabra por palabra mediante el método de análisis de grafos.
“Este estudio es el primero que muestra mediante la teoría de grafos que los relatos de los sueños REM poseen una conexión estructural mayor en comparación con los del sueño no REM (N2). Al analizar los grafos, puede verse que los sueños más complejos están asociados a una mayor conectividad y a estructuras de gráficos menos aleatorias.
Sin dejar de lado la importancia de los métodos tradicionales de análisis, estos resultados son importantes, pues indican que los métodos computacionales pueden aplicarse a los estudios del estado onírico”, dice Joshua Martin, primer autor del artículo, quien llevó a cabo su investigación durante la elaboración de su tesina de maestría, defendida en el programa de Psicobiología de la UFRN.
Martin contó durante su estudio con la dirección de Sidarta Ribeiro y de Mark Solms, investigador de la Universidad de Ciudad del Cabo (en Sudáfrica) y el primero que demostró en estudios anteriores que los sueños no se producen únicamente durante la fase MOR o REM.
“Hasta comienzos del siglo XXI, prevalecía la premisa de que los sueños se elaboran únicamente durante el sueño REM, y que no era necesario estudiar los sueños: se estudiaba el sueño REM y listo. Hoy en día se sabe que soñamos por las noches tanto durante los estadios REM como en los NREM, aunque en grados variables”, observa Ribeiro.
Un dato importante del estudio es el que consigna que, al tratarse de una colaboración internacional, los relatos de voluntarios de Sudáfrica se analizaron en Brasil, lo que refuerza el alcance global de aplicación de esta herramienta a los estudios sobre los sueños.
“Los resultados apuntan que esta herramienta logra identificar esa diferencia de complejidad entre las fases del sueño en términos de calidad de los sueños. No son diferencias que dependen del significado, sino que se trata de diferencias en la forma de comunicarse de las personas. Esto es sumamente importante para salir del sesgo del idioma”, explica Mota.
La investigadora explica que la variación se encuentra en la organización de habla. “Lo que nos lleva a un cuestionamiento que se extiende más allá del significado de las palabras. Por más que el sueño sea bizarro, que tenga contenido o que carezca del mismo, lo que importa es el modo de organización de esa memoria de quien la relata. Lo que vimos es que la forma narrativa de un sueño de sueño REM es mucho más compleja y rica en informaciones conectadas”, sostiene.
Los investigadores afirman que esta herramienta surge como una alternativa prometedora con miras a expandir el conocimiento que poseemos sobre los sueños. “Puede ser sumamente útil para realizar un análisis amplio de los relatos de sueños en todo el mundo, como los que se encuentran en el repositorio digital Dream Bank, por ejemplo, que actualmente contiene más de 20 mil relatos”, dice Martin.
Esta analogía sobre las diferentes formas de relatos oníricos es de la neurocientífica Natalia Mota, investigadora del Instituto del Cerebro de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN), en Brasil, una de las autoras del estudio publicado en PLOS One en el cual se confirmó que los relatos de los sueños acaecidos durante la fase REM tienden a ser más complejos y más conectados que los del sueño no REM, o NREM.
Cabe recordar que el sueño se divide básicamente en cuatro estadios. Los dos primeros (N1 y N2) ocurren cuando la persona está saliendo del estado de vigilia y generalmente tiene entonces sueños cortos, aunque muchas veces son intensos durante esta transición al dormir. El estadio siguiente es el denominado sueño de ondas lentas (N3), cuando prácticamente no se sueña. En tanto, durante el estadio N4 –también conocido como sueño REM o MOR, las siglas en inglés o en español que lo caracterizan por sus movimientos oculares rápidos y repetitivos–, el sueño tiende a ser más expresivo, con conexiones y comienzo, nudo y desenlace.
“Existe todo un conocimiento sobre la ciencia de los sueños que se basa en herramientas objetivas en las cuales evaluadores humanos se capacitaban para leer relatos oníricos y analizar cuán complejos, bizarros o conectados eran los mismos. Se sabe que los sueños del estadio REM son más largos e incluso que parecen más bien películas.
Al automatizar este proceso de análisis, tal como lo hicimos en este estudio, pudimos efectuar por primera vez una evaluación cuantitativa de esa diferencia estructural. Desarrollamos una herramienta con capacidad para analizar un gran volumen de datos rápidamente, sin sesgos subjetivos o incluso de lenguaje, pues puede utilizársela en cualquier idioma”, dice el neurocientífico Sidarta Ribeiro, quien integra el Centro de Investigación, Innovación y Difusión en Neuromatemática (NeuroMat), un Centro de Investigación, Innovación y Difusión (CEPID) apoyado por la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo - FAPESP con sede en la Universidad de São Paulo (USP).
En el estudio, los investigadores analizaron los relatos oníricos palabra por palabra valiéndose de la teoría de grafos, un campo de la matemática que estudia las relaciones entre los objetos de un determinado conjunto.
“No se trata de un análisis semántico, de significado de las palabras. No estamos trabajando con lo que se dijo, sino con la manera como se lo dijo. Esto permite una infinidad de análisis futuros sobre la comprensión del sueño en distintas culturas y países”, afirma Mota.
A través de la teoría de grafos, los investigadores analizaron 133 relatos de sueños de 20 voluntarios a quienes se los despertó en distintas etapas del sueño, fundamentalmente durante el sueño REM, cuando se registran más sueños, y en el estadio N2 (no REM), que no produce tantos relatos oníricos. Al despertarse, los participantes en el estudio narraron sus sueños, y los archivos de audio se analizaron palabra por palabra mediante el método de análisis de grafos.
“Este estudio es el primero que muestra mediante la teoría de grafos que los relatos de los sueños REM poseen una conexión estructural mayor en comparación con los del sueño no REM (N2). Al analizar los grafos, puede verse que los sueños más complejos están asociados a una mayor conectividad y a estructuras de gráficos menos aleatorias.
Sin dejar de lado la importancia de los métodos tradicionales de análisis, estos resultados son importantes, pues indican que los métodos computacionales pueden aplicarse a los estudios del estado onírico”, dice Joshua Martin, primer autor del artículo, quien llevó a cabo su investigación durante la elaboración de su tesina de maestría, defendida en el programa de Psicobiología de la UFRN.
Martin contó durante su estudio con la dirección de Sidarta Ribeiro y de Mark Solms, investigador de la Universidad de Ciudad del Cabo (en Sudáfrica) y el primero que demostró en estudios anteriores que los sueños no se producen únicamente durante la fase MOR o REM.
“Hasta comienzos del siglo XXI, prevalecía la premisa de que los sueños se elaboran únicamente durante el sueño REM, y que no era necesario estudiar los sueños: se estudiaba el sueño REM y listo. Hoy en día se sabe que soñamos por las noches tanto durante los estadios REM como en los NREM, aunque en grados variables”, observa Ribeiro.
Un dato importante del estudio es el que consigna que, al tratarse de una colaboración internacional, los relatos de voluntarios de Sudáfrica se analizaron en Brasil, lo que refuerza el alcance global de aplicación de esta herramienta a los estudios sobre los sueños.
“Los resultados apuntan que esta herramienta logra identificar esa diferencia de complejidad entre las fases del sueño en términos de calidad de los sueños. No son diferencias que dependen del significado, sino que se trata de diferencias en la forma de comunicarse de las personas. Esto es sumamente importante para salir del sesgo del idioma”, explica Mota.
La investigadora explica que la variación se encuentra en la organización de habla. “Lo que nos lleva a un cuestionamiento que se extiende más allá del significado de las palabras. Por más que el sueño sea bizarro, que tenga contenido o que carezca del mismo, lo que importa es el modo de organización de esa memoria de quien la relata. Lo que vimos es que la forma narrativa de un sueño de sueño REM es mucho más compleja y rica en informaciones conectadas”, sostiene.
Los investigadores afirman que esta herramienta surge como una alternativa prometedora con miras a expandir el conocimiento que poseemos sobre los sueños. “Puede ser sumamente útil para realizar un análisis amplio de los relatos de sueños en todo el mundo, como los que se encuentran en el repositorio digital Dream Bank, por ejemplo, que actualmente contiene más de 20 mil relatos”, dice Martin.
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Trabajo de referencia | Puede leerse el artículo titulado Structural differences between REM and non-REM drean reports assessed by graph analysis (doi: 10.1371/journal.pone.0228903), de Joshua M. Martin, Danyal Wainstein Andriano, Natalia B. Mota, Sergio A. Mota-Rolim, John Fontenele Araújo, Mark Solms y Sidarta Ribeiro, en el siguiente enlace: journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0228903.
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ETIQUETAS • Salud, Psicología, Neurología, Sociedad
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