Chino, hebreo o inglés: ¿qué lengua es más difícil de aprender para un hispanohablante?

lunes, julio 04, 2016 Más Noticias 0 Comments

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El centro vasco BCBL participa en una investigación neurocientífica internacional que busca desvelar los elementos que dificultan el aprendizaje de lenguas foráneas. El proyecto, coordinado por el investigador adjunto del BCBL Ram Frost, se centrará en el estudio comparativo de cuatro idiomas.
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Chino, hebreo o inglés: ¿Cuál de estas tres lenguas es más difícil de aprender para un hispanohablante? Con el objetivo de dar respuesta a esta pregunta, el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) participa en una investigación neurocientífica internacional que analiza el proceso mediante el cual el cerebro hace suya una lengua y estudia cómo ese conocimiento influye en el aprendizaje de un segundo idioma.

El proyecto, que arranca este mes de julio, está dirigido por el investigador adjunto del BCBL y profesor del Departamento de Psicología de la Universidad Hebrea de Jerusalén Ram Frost, quien ha recibido una beca ERC Advanced Grant -la más alta categoría concedida por el European Research Council (la entidad de la Unión Europea para el fomento de la investigación)- dotada con 2,5 millones de euros para llevar a cabo el estudio.

La investigación, que se prolongará durante cinco años, cuenta con la participación de centros de investigación de Taiwan, Estados Unidos e Israel y se centra en analizar cómo el cerebro asimila características específicas del español, inglés, chino y hebreo durante el proceso de alfabetización y qué impacto tiene ese aprendizaje para la incorporación de un segundo código a nuestro acervo lingüístico.

A nuestro cerebro le gusta repetir

La investigación parte de la base de que la representación gráfica de una lengua presenta una serie de elementos reiterativos que se repiten una y otra vez y el cerebro es capaz de percibir esas regularidades visuales y procesarlas. “El cerebro está preparado para aprehender cualquier tipo de regularidad. Está programado para detectar lo que ocurre una y otra vez. Uno de nuestros objetivos es analizar cómo el cerebro detecta esas características específicas de la lengua y las hace suyas”, explica el profesor Frost.

El estudio se centrará en primer lugar en identificar cuáles son esas regularidades en cada una de las lenguas objeto de la investigación. Posteriormente, los investigadores analizarán los mecanismos que emplea el cerebro para detectar esos patrones, es decir la biología del proceso de identificación y asimilación de las características gráficas reiterativas de cada una de las lenguas.

Pero el estudio va un paso más allá e intentará desvelar cómo ese proceso de aprendizaje, basado en la captación de las regularidades que varían en cada una de las lenguas, acaba afectando y modificando el propio funcionamiento cerebral. “Nuestra investigación también aborda el impacto de nuestras lenguas nativas en nuestro cerebro. Cómo esas regularidades modifican de alguna forma nuestro cerebro. Esto dota al estudio de una perspectiva completamente novedosa”, añade Frost.

Una vez establecidos estos tres parámetros de investigación -las regularidades propias de cada lengua, los mecanismos cerebrales para aprehender esos códigos y cómo el propio proceso acaba modificando el funcionamiento cerebral- los investigadores intentarán establecer qué código lingüístico resulta más complejo para cada persona en función de cuál sea su lengua materna. “Se trata de predecir, basándonos en la demostración empírica, qué segunda lengua será más difícil de aprender por un hablante dependiendo de cuál sea tu código nativo entre las cuatro lenguas estudiadas”, detalla el profesor. Para conseguirlo los investigadores emplearán detallados sistemas de análisis estadístico y mecanismos de inteligencia artificial como los modelos de aprendizaje automático. En concreto, dentro del BCBL, y gracias a sus avanzados equipamientos, se llevará a cabo la parte de la investigación relacionada con la visualización del cerebro mediante técnicas de resonancia magnética para desvelar qué ocurre cuando determinados patrones lingüísticos están presentes.

“Intentamos construir experimentos y comprobar si las predicciones están sustentadas por el comportamiento de los hablantes. Toda la parte de imagen se llevará a cabo principalmente en el BCBL debido a sus instalaciones únicas”, asegura Frost.

Esta investigación es de carácter multilingüístico por lo que además del BCBL estarán implicados en ella la Universidad Hebrea de Jerusalén, el centro Hasking Laboratories, vinculado a la Universidad estadounidense Yale, y dos centros taiwaneses: el Brain Science Research Center de la National Chiao Tung University y la National Central University.
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