Un estudio identifica los accidentes químicos más graves de España
06.08.2014 | Un estudio del Centro de Estudios del Riesgo Tecnológico (CERTEC) de la UPC identifica los principales accidentes químicos que han motivado las mejoras en la seguridad del transporte y en los procesos de la industria química en España en los últimos aós, así como en la legislación en este ámbito. El desastre más grave fue la explosión de un camión con propileno, en 1978, en el camping de Los Alfaques, en Tarragona.
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AGENCIA SINC | El Centro de Estudios del Riesgo Tecnológico (CERTEC) de la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC) ha realizado el estudio y ha extraído de las bases de datos mundiales los accidentes químicos sucedidos en España desde el siglo XX –casi todos a partir de los años 70– hasta la actualidad. Según publica la agencia SINC, de los 90 sucesos ocurridos en España, en el 29% de los casos no hubo víctimas, en el 63% se produjeron hasta diez muertes, en el 6% de desastres hubo entre diez y cien, y sólo en el 2% de los accidentes hubo más de 100 fallecidos.
Los resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Journal of Loss Prevention in the Process Industries y el artículo analiza el origen y causas de dichos accidentes. Tal y como explica Eulàlia Planas, investigadora de la UPC y directora del CERTEC, “en las últimas décadas ha habido una evolución muy importante en los niveles de seguridad de la industria química y petroquímica, con unos controles y una legislación cada vez más efectivos”, y añade: “aunque es cierto que algunos accidentes fueron los que sirvieron de revulsivo para poner en marcha las mejoras”. Son también autores del estudio los científicos Josep Arnaldos, Rosa Maria Darbra, Miguel Muñoz y Elsa Pastor, del CERTEC; y el investigador Juan Antonio Vílchez.
Planas destaca que, “en general, los accidentes han servido para activar la investigación en seguridad dentro de este ámbito, donde el CERTEC de la UPC –fundado en 1992 por el profesor Joaquim Casal– y la Universidad de Zaragoza actuaron como pioneros; además de motivar nueva legislación”. De hecho, un suceso que ocurrió en los años 70 en una planta química de Seveso (Italia) ha dado nombre a la directiva de la UE relativa al control de los riesgos por accidentes graves en los que estén implicadas las sustancias peligrosas.
Esta normativa obliga a los países europeos a identificar sus instalaciones industriales con riesgos –en España hay unas 600–, así como a adoptar las medidas de prevención oportunas. La directiva Seveso se actualizó en 2012 para reforzar la participación ciudadana e introducir normas más estrictas en las inspecciones. La aplicación de esta última versión será obligatoria a partir de 2015.
Los accidentes más estudiados
El accidente más grave fue el desastre de Los Alfaques, en el municipio de Alcanar (Tarragona), en el que perecieron 217 personas y cerca de un centenar sufrieron graves quemaduras. Ocurrió en julio de 1978, cuando explotó un camión cargado de propileno licuado y se liberó su contenido. Se formó una nube inflamable, que poco después se incendió, arrasando un camping lleno de turistas. “Este accidente marcó un antes y un después en las mejoras de seguridad en el transporte de sustancias químicas por carretera”, señala Planas.
Otro de los casos más estudiados en Cataluña también sucedió en una localidad tarraconense: Tivissa. En junio de 2002 un camión cisterna con gas natural perdió el control por exceso de velocidad y se incendió. Minutos más tarde explotó en una gran bola de fuego, que mató al conductor, dejando dos heridos graves y más de una decena de personas también heridas de menor gravedad.
Esta tipología de accidente se repitió en Lorca (Murcia) en octubre de 2011, cuando otro camión similar y con el mismo material chocó contra uno parado en el arcén de la autopista, causando un incendio, una explosión y la muerte de su conductor. Las medidas de emergencia adoptadas en esa ocasión evitaron más víctimas, aunque sólo siete días más tarde ocurrió un suceso similar en Torroja (Valencia).
Las causas de los accidentes
Según el estudio, el 44% de los accidentes relacionados con la industria química ocurren durante el transporte de los productos, bien por accidentes de tráfico o, en el mar, por choques de barcos entre sí o con la costa.
Uno de los incidentes que movilizaron a más gente fue el embarrancamiento en diciembre de 1987 del carguero panameño Casón en las costas de Finisterre (La Coruña). Además del fallecimiento de 23 tripulantes chinos, cerca de 20.000 personas tuvieron que ser evacuadas ante el riego de una nube tóxica, ya que el barco transportaba más de mil toneladas de productos nocivos e inflamables. El evento se retransmitió en directo por televisión, como ocurrió más tarde con el naufragio del petrolero Mar Egeo (1992) o el vertido de petróleo del Prestige (2002), también en costas gallegas.
El segundo origen de este tipo de accidentes ocurre en las áreas de procesado de las factorías (19% de los casos), donde suelen comenzar con algún fallo en las bombas o compresores, que acaba incendiando a otros equipos. Una tercera fuente (15%) son los tanques de almacenamiento, y el resto (21%) de los accidentes se produce durante las operaciones de carga y descarga, en locales domésticos y comerciales, y en los almacenes de mercaderías.
Un ejemplo de explosión en una industria es el que ocurrió en 2003 en la refinería de Repsol en Puertollano (Ciudad Real). El origen fue un fallo eléctrico que favoreció la liberación de gases, como el butano. Estos produjeron una deflagración en una unidad próxima a siete tanques cargados con gasolina. Murieron nueve trabajadores y varios resultaron heridos.
Según la investigadora Eulàlia Planas, este suceso significó “un cambio en los análisis de peligrosidad de los procesos e impulsó de forma generalizada los estudios de peligro y operación (HAZOP, por sus siglas en inglés) dentro la industria”. En los últimos años las compañías españolas también han implementado diseños más seguros en sus instalaciones –por ejemplo, con esferas protectoras y cubiertas de hormigón que evitan las bolas de fuego–, así como mejores sistemas de operación y gestión de los procesos.
Referencia bibliográfica
E. Planas; J. Arnaldos; R.M. Darbra; M. Muñoz; E. Pastor; J.A. Vílchez. “Historical evolution of process safety and major-accident hazards prevention in Spain. Contribution of the pioneer Joaquim Casal”. Journal of Loss Prevention in the Process Industries 28: 109-117, 2014.
Los resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Journal of Loss Prevention in the Process Industries y el artículo analiza el origen y causas de dichos accidentes. Tal y como explica Eulàlia Planas, investigadora de la UPC y directora del CERTEC, “en las últimas décadas ha habido una evolución muy importante en los niveles de seguridad de la industria química y petroquímica, con unos controles y una legislación cada vez más efectivos”, y añade: “aunque es cierto que algunos accidentes fueron los que sirvieron de revulsivo para poner en marcha las mejoras”. Son también autores del estudio los científicos Josep Arnaldos, Rosa Maria Darbra, Miguel Muñoz y Elsa Pastor, del CERTEC; y el investigador Juan Antonio Vílchez.
Planas destaca que, “en general, los accidentes han servido para activar la investigación en seguridad dentro de este ámbito, donde el CERTEC de la UPC –fundado en 1992 por el profesor Joaquim Casal– y la Universidad de Zaragoza actuaron como pioneros; además de motivar nueva legislación”. De hecho, un suceso que ocurrió en los años 70 en una planta química de Seveso (Italia) ha dado nombre a la directiva de la UE relativa al control de los riesgos por accidentes graves en los que estén implicadas las sustancias peligrosas.
Esta normativa obliga a los países europeos a identificar sus instalaciones industriales con riesgos –en España hay unas 600–, así como a adoptar las medidas de prevención oportunas. La directiva Seveso se actualizó en 2012 para reforzar la participación ciudadana e introducir normas más estrictas en las inspecciones. La aplicación de esta última versión será obligatoria a partir de 2015.
Los accidentes más estudiados
El accidente más grave fue el desastre de Los Alfaques, en el municipio de Alcanar (Tarragona), en el que perecieron 217 personas y cerca de un centenar sufrieron graves quemaduras. Ocurrió en julio de 1978, cuando explotó un camión cargado de propileno licuado y se liberó su contenido. Se formó una nube inflamable, que poco después se incendió, arrasando un camping lleno de turistas. “Este accidente marcó un antes y un después en las mejoras de seguridad en el transporte de sustancias químicas por carretera”, señala Planas.
Otro de los casos más estudiados en Cataluña también sucedió en una localidad tarraconense: Tivissa. En junio de 2002 un camión cisterna con gas natural perdió el control por exceso de velocidad y se incendió. Minutos más tarde explotó en una gran bola de fuego, que mató al conductor, dejando dos heridos graves y más de una decena de personas también heridas de menor gravedad.
Esta tipología de accidente se repitió en Lorca (Murcia) en octubre de 2011, cuando otro camión similar y con el mismo material chocó contra uno parado en el arcén de la autopista, causando un incendio, una explosión y la muerte de su conductor. Las medidas de emergencia adoptadas en esa ocasión evitaron más víctimas, aunque sólo siete días más tarde ocurrió un suceso similar en Torroja (Valencia).
Las causas de los accidentes
Según el estudio, el 44% de los accidentes relacionados con la industria química ocurren durante el transporte de los productos, bien por accidentes de tráfico o, en el mar, por choques de barcos entre sí o con la costa.
Uno de los incidentes que movilizaron a más gente fue el embarrancamiento en diciembre de 1987 del carguero panameño Casón en las costas de Finisterre (La Coruña). Además del fallecimiento de 23 tripulantes chinos, cerca de 20.000 personas tuvieron que ser evacuadas ante el riego de una nube tóxica, ya que el barco transportaba más de mil toneladas de productos nocivos e inflamables. El evento se retransmitió en directo por televisión, como ocurrió más tarde con el naufragio del petrolero Mar Egeo (1992) o el vertido de petróleo del Prestige (2002), también en costas gallegas.
El segundo origen de este tipo de accidentes ocurre en las áreas de procesado de las factorías (19% de los casos), donde suelen comenzar con algún fallo en las bombas o compresores, que acaba incendiando a otros equipos. Una tercera fuente (15%) son los tanques de almacenamiento, y el resto (21%) de los accidentes se produce durante las operaciones de carga y descarga, en locales domésticos y comerciales, y en los almacenes de mercaderías.
Un ejemplo de explosión en una industria es el que ocurrió en 2003 en la refinería de Repsol en Puertollano (Ciudad Real). El origen fue un fallo eléctrico que favoreció la liberación de gases, como el butano. Estos produjeron una deflagración en una unidad próxima a siete tanques cargados con gasolina. Murieron nueve trabajadores y varios resultaron heridos.
Según la investigadora Eulàlia Planas, este suceso significó “un cambio en los análisis de peligrosidad de los procesos e impulsó de forma generalizada los estudios de peligro y operación (HAZOP, por sus siglas en inglés) dentro la industria”. En los últimos años las compañías españolas también han implementado diseños más seguros en sus instalaciones –por ejemplo, con esferas protectoras y cubiertas de hormigón que evitan las bolas de fuego–, así como mejores sistemas de operación y gestión de los procesos.
Referencia bibliográfica
E. Planas; J. Arnaldos; R.M. Darbra; M. Muñoz; E. Pastor; J.A. Vílchez. “Historical evolution of process safety and major-accident hazards prevention in Spain. Contribution of the pioneer Joaquim Casal”. Journal of Loss Prevention in the Process Industries 28: 109-117, 2014.
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ENLACES
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mareche.es
ResponderEliminarLa utilización de aceites y lubricaciones durante los servicios ayuda a reducir accidentes y roturas de maquinaria, prolongando su vida útil y asegurando operaciones más seguras y eficientes.