Fraccionar las vacaciones durante el año aumenta la productividad del trabajador

viernes, julio 29, 2016 Más Noticias 0 Comments


«Haré todo el mes de agosto». Esta era la frase que más se repetía en las empresas hace pocos años cuando se hablaba de vacaciones. Sin embargo, varios factores han hecho que aquella tendencia se esté rompiendo y que cada vez más se opte por desestacionalizarlas. ¿Qué factores son esos? ¿Cuál es el mínimo de días que necesita un trabajador para desconectar del trabajo? ¿Cómo debe hacerlo? Gina Aran, profesora del máster de Dirección y gestión de recursos humanos de la UOC, lo analiza.
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Elisabet Escriche Rivas | El Estatuto de los trabajadores garantiza un mínimo de 30 días de vacaciones al año y que las fechas las acuerden mutuamente empresa y empleados. Durante décadas se ha optado por hacer todo un mes seguido, esto hacía que cada vez que llegaba agosto las ciudades se quedaran vacías. No obstante, según Gina Aran, profesora del máster de Dirección y gestión de recursos humanos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), esta tendencia se ha roto. ¿Los motivos? "La globalización, que ha hecho que muchas empresas abran todo el año para mantener la competitividad, o los altos precios durante la temporada alta", explica. Otros factores son la crisis económica y que la población inmigrante espere la temporada baja para ir a visitar a sus familias en su país de origen.

Esta ruptura de hábitos beneficia, de rebote, tanto a las empresas como a los trabajadores. "Desde recursos humanos se ha observado que las personas son más productivas cuando tienen varios intervalos de descanso a lo largo del año y que a las personas que han hecho todo un mes seguido les cuesta más reincorporarse", explica la profesora.

Un 10% de la población es adicto al trabajo

Pero esos intervalos, ¿son suficientes para desconectar del trabajo? Varias encuestas mantienen que la mayoría de trabajadores tardan una semana en olvidarse del trabajo. Un estudio del portal de trabajo Randstad va más lejos y asegura que un 28% de los trabajadores españoles reconoce que no es capaz de desconectar del trabajo durante las vacaciones. Es un porcentaje que se sitúa por encima de la media europea, que es del 25%.

"Digan lo que digan los estudios, lo que está claro es que hay personas que desconectan desde el primer día y otros que no llegan a hacerlo", puntualiza Aran. Estas últimas son habitualmente personas adictas al trabajo, las que se conocen como workaholic. "Tienen una disonancia cognitiva, es decir, en su cabeza tienen dos pensamientos consistentes pero contradictorios: por un lado se estresan porque no están trabajando y, por otro, saben que tendrían que descansar", afirma Aran. Según la profesora, suelen ser personas que no son capaces de sustituir las tareas profesionales por otras que no tengan nada que ver. "El trabajo los mantiene activos y cuando tienen que coger vacaciones es casi como si perdieran su identidad y se sienten muy incómodas", matiza la profesora.

Un 10% de la población es adicto al trabajo. Su perfil suele ser el de un hombre de 35-55 años con nivel cultural medio o medio-alto. En mujeres y jóvenes las ratios son más bajas. "Hay una correlación entre el nivel educativo que tienen y la dificultad para desconectar; también se relaciona con la importancia o grado de responsabilidad del cargo", matiza la experta. El entorno sociocultural, la inculcación de determinados valores (esfuerzo, compromiso, responsabilidad...) y la tecnología acentúan la incapacidad de desconectar.

Pautas para desconectar del trabajo

Para Aran el concepto «desconectar» irá desapareciendo como contraposición al del trabajo. "Cada vez más empresas apuestan por la felicidad y el bienestar de sus trabajadores y las generaciones que llegan exigen entornos laborales donde desarrollarse profesional pero también personalmente. La línea, pues, entre la vida profesional y personal se desdibuja del mismo modo que en muchos casos dejan de tener sentido los horarios", explica. Así pues, Aran cree que la verdadera capacidad de desconectar es entre tarea y tarea o entre momento y momento, más que entre grandes periodos.

Sea cual sea el término que se utilice o la combinación de vacaciones escogidas, hay una serie de pautas que ayudan a olvidarse del trabajo durante los días de descanso:

Antes de marchar de vacaciones:

• Dejar todos los temas cerrados.
• Mantener una reunión de equipo para coordinarse para que el trabajo salga adelante.
• Delegar (y confiar), con instrucciones precisas, las tareas que no pueden dejar de hacerse.

Durante las vacaciones:

• Planificar actividades, preferiblemente en grupo.
• Hacer deporte a diario para que la mente está concentrada en el ejercicio y el propio cuerpo.
• Cerrar el móvil cuando se hagan actividades, especialmente si es con otras personas.
• Evitar las redes sociales profesionales.
• No abrir el correo electrónico. Hay que poner un mensaje automático que informe de que se está de vacaciones, con indicación del día de reincorporación y la persona con quien contactar mientras tanto en caso de cuestiones urgentes.
• Huir de cualquier ordenador que nos pueda tentar.
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