La forma de mutar del virus del Covid-19 ha variado con el tiempo

domingo, octubre 26, 2025 Más Noticias 0 Comments

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Al principio, en cada persona infectada había muchas versiones ligeramente distintas del virus (nubes mutantes), pero en las variantes recientes esa diversidad se ha reducido.
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Virus del Covid-19 (el Sars-CoV-2) / Pixabay
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El Covid-19 cambia por dentro: el virus ha perdido diversidad genética al adaptarse a los humanos

Desde su aparición en 2019, el SARS-CoV-2 —el virus que causa la COVID-19— no ha dejado de evolucionar. Variantes como Delta y Ómicron aparecieron con mutaciones que aumentaron su capacidad para transmitirse y esquivar la respuesta del sistema inmunitario. Pero ahora, un nuevo estudio liderado por el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM, CSIC-UAM) revela un cambio más sutil, aunque igualmente importante: el virus ha reducido su diversidad genética interna dentro de las personas infectadas a medida que se ha ido adaptando a la población humana.

Este hallazgo, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ofrece una nueva forma de entender cómo ha cambiado el comportamiento del virus a lo largo de la pandemia. El trabajo ha sido coordinado por la Dra. Celia Perales, el Dr. Esteban Domingo y el Dr. Ignacio Gadea, con la colaboración de la Fundación Jiménez Díaz, la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad Northwestern (EE. UU.).

Muchas versiones del mismo virus

Los virus de ARN, como el SARS-CoV-2, no son idénticos entre sí. Cada vez que se multiplican, generan pequeñas variaciones genéticas, formando lo que los científicos llaman una “nube de mutantes”. En otras palabras, dentro de cada persona infectada no hay una única versión del virus, sino muchas versiones ligeramente diferentes. Esa diversidad interna le da al virus una gran ventaja: le permite adaptarse mejor a los cambios en su entorno, como la respuesta del sistema inmunitario o los tratamientos.

Menos diversidad con el paso del tiempo

El estudio del CBM muestra que en las primeras olas de la pandemia estas “nubes” eran muy amplias y variadas. Sin embargo, con variantes más recientes como Ómicron, se han vuelto mucho más limitadas. “Nuestro trabajo demuestra que la diversidad interna del virus también evoluciona, y que este cambio puede influir en su capacidad de transmisión o en cómo responde al sistema inmunitario”, explica Celia Perales. “Vigilar esta dinámica es clave para anticipar su comportamiento”.

Un virus más adaptado

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron muestras de pacientes de Madrid entre 2020 y 2022, cubriendo desde la primera hasta la séptima ola. Observaron que, con el paso del tiempo, la variedad de mutaciones dentro de cada persona infectada disminuía.

Esto no significa que el virus haya dejado de mutar. De hecho, sigue acumulando cambios importantes, sobre todo en la proteína S (Spike), la “llave” que utiliza para entrar en las células humanas. Estas mutaciones han favorecido que se transmita con más facilidad y esquive mejor la inmunidad generada por infecciones previas o por la vacuna.

Lo que cambia, según los autores, es la forma en que el virus genera y mantiene su diversidad. Para comprobarlo, replicaron en laboratorio virus de diferentes olas y vieron que su capacidad de mutar no había variado. Esto sugiere que la reducción observada se debe a su adaptación al cuerpo humano, quizá por los órganos donde se multiplica o por la presión del sistema inmunitario.

Por qué es importante

Comprender esta evolución “interna” del virus ayuda a conectar lo que ocurre dentro del cuerpo con lo que se observa a nivel global. Esta relación entre la biología molecular y la epidemiología puede servir para mejorar las estrategias de prevención y vigilancia.

Los investigadores destacan que no basta con seguir las mutaciones más conocidas, como las que cambian la proteína Spike: también hay que observar cómo evoluciona el conjunto genético del virus. Esta información puede ayudar a anticipar posibles cambios que afecten la eficacia de las vacunas o de los tratamientos.

En definitiva, este trabajo muestra que el SARS-CoV-2 sigue adaptándose, no solo a nivel de variantes visibles, sino también en su forma de comportarse dentro de cada persona. Entender esa evolución es fundamental para seguir protegiendo a la población.
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Trabajo de referencia | Martínez-González B, et al. SARS-CoV-2 mutant spectrum complexity is an epidemiologically evolvable trait. Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), (2025). https://doi.org/10.1073/pnas.2515706122
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