Los nombres se procesan más rápido si tienen el mismo género que quien los pronuncia
Una investigación de la Universidad de Granada (UGR) ha analizado las reacciones del cerebro humano cuando personas de diferente sexo emiten palabras masculinas o femeninas.
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La Universidad de Granada (UGR) ha determinado en un reciente estudio que los sustantivos masculinos son procesados más rápidamente por el cerebro si la voz que las emite es la de un hombre, mientras que los nombres femeninos se procesan con más facilidad si están dichos por una mujer.
Alba Casado, psicolingüista de la UGR y científica del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la Universidad de Granada, es la autora de esta investigación realizada mediante un electroencefalograma, a partir del cual se consigue estudiar las reacciones del cerebro humano ante la emisión de palabras masculinas o femeninas relativas a personas, emitidas tanto por voces de mujeres como de hombres.
La investigación se ha realizado con la participación de 16 mujeres durante una estancia en la Universidad de Lille 3, Francia. Los resultados, contrastados con otros estudios realizados en hombres, indican que estos indicios podrían tener aplicaciones en el aprendizaje de idiomas extranjeros.
La investigadora, Alba Casado, ha indicado en un artículo firmado junto a la profesora Angèle Brunellière que “sería productivo relacionar las palabras femeninas con voces de mujer y las palabras masculinas con voces de hombre para afianzar el aprendizaje de dichos conceptos de una manera natural y así aprovechar las conexiones intrínsecas entre los conceptos de sexo y género”.
En el estudio, las participantes visionaron una película muda que posteriormente debían resumir mientras que se oían de fondo, con la voz de 5 hombres y 5 mujeres, los sustantivos que en francés nombran al cantante (“chanteur”, en masculino) y a la cantante (“chanteuse”, en femenino), basándose en el principio de que el español y el francés utilizan el masculino como “género neutro”.
La prueba se dividió en cuatro bloques en los que se midió el denominado potencial de disparidad introduciendo una “palabra extraña” en cada bloque, enmarcado en un contexto de comunicación real. Tras las investigaciones se ha determinado que si es una mujer la que pronuncia un sustantivo femenino, la oyente la procesa con más rapidez que si la misma palabra la pronuncia un hombre. De manera inconsciente se preactivan una serie de palabras que se corresponden con el género del hablante.
Se ha registrado que el género gramatical masculino funciona como “género neutro”, recogiendo la representación genérica de entidades, personas o animales. De esta manera, la palabra “cantante” representaría a ambos géneros, al menos al ser procesadas por mujeres.
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FUENTE | Universidad de Granada | UGR
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