La cultura, motor económico y social para las ciudades, según un informe de la UNESCO
La cultura tiene el poder de hacer las ciudades lugares más prósperos seguros y sostenibles, según el Informe Mundial Cultura: Futuro Urbano. El informe demuestra que la aplicación de políticas de desarrollo que tienen en cuenta la protección y la promoción de la cultura y el patrimonio, tal y como preconizan las convenciones de la UNESCO, beneficia a las ciudades.
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Francesco Bandarin, Subdirector General de Cultura en la UNESCO, presentó el Informe en un evento que tuvo lugar en la 3ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III).
La tendencia actual muestra que la urbanización del planeta continuará aumentando en escala y velocidad, en particular en África y Asia, que en 2050 tendrán respectivamente un 54 y un 64% de población urbana. Además, según las proyecciones más recientes, en 2030 habrá en el mundo 41 megaciudades con al menos diez millones de habitantes cada una. Esta urbanización rápida y masiva puede exacerbar algunas problemáticas urbanas, dando lugar a más barrios marginales y menos acceso a los espacios públicos, así como a un mayor impacto medioambiental negativo. Las consecuencias potenciales de este proceso son el desempleo, la desigualdad, la discriminación y la violencia.
Cultura: Futuro Urbano defiende la plena integración de la cultura en las políticas urbanas para garantizar que sean sostenibles y brinden más calidad de vida a sus residentes.
En palabras de Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, “la cultura ocupa un lugar central en la renovación y la innovación urbana. Este informe aporta un caudal de ideas y pruebas concretas que demuestran el poder de la cultura como recurso estratégico para la creación de ciudades más inclusivas, creativas y sostenibles.”
Adoptar políticas para fortalecer las ciudades es crucial en momentos en que las Naciones Unidas trabajan para hacer realidad la Agenda de Desarrollo Sostenible para 2030, en particular para cumplir el Objetivo número 11, que aboga por ciudades y asentamientos nclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
El informe analiza la situación, los problemas y las oportunidades en cada contexto regional y presenta un panorama mundial de la conservación y la salvaguardia del patrimonio material e inmaterial, así como de la promoción de las industrias culturales y creativas, como base del desarrollo urbano sostenible. Además, subraya los desafíos que pesan sobre las zonas urbanas inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial, es decir, más de un tercio de los 1.052 sitios inscritos, en particular en términos de conservación y de gestión de los flujos turísticos.
El Informe cita más de un centenar de estudios de caso y detalla el impacto de la cultura en las ciudades, incluyendo muchas en situación de conflicto y postconflicto. Así, a raíz de la destrucción de sitios emblemáticos como el templo de Al-Askari en la ciudad de Samarra (Iraq), perpetrada en 2006 o de los antiguos mausoleos de Tombuctú (Malí), en 2012, los esfuerzos de reconstrucción y rehabilitación demostraron la capacidad de la cultura para restaurar la cohesión entre comunidades y mejorar las condiciones de vida, abriendo al camino al diálogo y la reconciliación.
El informe identifica también algunas estrategias innovadoras utilizadas para promover la preservación de la vivienda en zonas históricas, esenciales para mantener la identidad y el bienestar de las comunidades. Por ejemplo, en Quito (Ecuador), se entregaron subsidios públicos a los habitantes de edificios residenciales del centro histórico con miras a restaurarlos, mantener a los residentes en sus vecindarios originales e impedir así la elitización residencial, o “gentifricación”.
El papel de las industrias creativas para impulsar el crecimiento económico a largo plazo figura también en el Informe, que lo ilustra con el caso de Shanghai (China), miembro de la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO desde 2010. La ciudad es hoy uno de los mayores centros creativos del mundo, y más de 7,4% de sus habitantes trabajan en el sector de las industrias creativas.
Entre las principales recomendaciones del Informe figuran medidas encaminadas a: reconocer y promover la diversidad cultural de las ciudades, integrar la cultura en las estrategias para contrarrestar la violencia urbana, invertir para incluir la cultura en el planeamiento urbano e incluir el patrimonio cultural y la creatividad en el planteamiento urbano.
El Informe Mundial ha sido posible gracias a apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y del gobierno popular municipal de Hangzhou (China).
La tendencia actual muestra que la urbanización del planeta continuará aumentando en escala y velocidad, en particular en África y Asia, que en 2050 tendrán respectivamente un 54 y un 64% de población urbana. Además, según las proyecciones más recientes, en 2030 habrá en el mundo 41 megaciudades con al menos diez millones de habitantes cada una. Esta urbanización rápida y masiva puede exacerbar algunas problemáticas urbanas, dando lugar a más barrios marginales y menos acceso a los espacios públicos, así como a un mayor impacto medioambiental negativo. Las consecuencias potenciales de este proceso son el desempleo, la desigualdad, la discriminación y la violencia.
Cultura: Futuro Urbano defiende la plena integración de la cultura en las políticas urbanas para garantizar que sean sostenibles y brinden más calidad de vida a sus residentes.
En palabras de Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, “la cultura ocupa un lugar central en la renovación y la innovación urbana. Este informe aporta un caudal de ideas y pruebas concretas que demuestran el poder de la cultura como recurso estratégico para la creación de ciudades más inclusivas, creativas y sostenibles.”
Adoptar políticas para fortalecer las ciudades es crucial en momentos en que las Naciones Unidas trabajan para hacer realidad la Agenda de Desarrollo Sostenible para 2030, en particular para cumplir el Objetivo número 11, que aboga por ciudades y asentamientos nclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
El informe analiza la situación, los problemas y las oportunidades en cada contexto regional y presenta un panorama mundial de la conservación y la salvaguardia del patrimonio material e inmaterial, así como de la promoción de las industrias culturales y creativas, como base del desarrollo urbano sostenible. Además, subraya los desafíos que pesan sobre las zonas urbanas inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial, es decir, más de un tercio de los 1.052 sitios inscritos, en particular en términos de conservación y de gestión de los flujos turísticos.
El Informe cita más de un centenar de estudios de caso y detalla el impacto de la cultura en las ciudades, incluyendo muchas en situación de conflicto y postconflicto. Así, a raíz de la destrucción de sitios emblemáticos como el templo de Al-Askari en la ciudad de Samarra (Iraq), perpetrada en 2006 o de los antiguos mausoleos de Tombuctú (Malí), en 2012, los esfuerzos de reconstrucción y rehabilitación demostraron la capacidad de la cultura para restaurar la cohesión entre comunidades y mejorar las condiciones de vida, abriendo al camino al diálogo y la reconciliación.
El informe identifica también algunas estrategias innovadoras utilizadas para promover la preservación de la vivienda en zonas históricas, esenciales para mantener la identidad y el bienestar de las comunidades. Por ejemplo, en Quito (Ecuador), se entregaron subsidios públicos a los habitantes de edificios residenciales del centro histórico con miras a restaurarlos, mantener a los residentes en sus vecindarios originales e impedir así la elitización residencial, o “gentifricación”.
El papel de las industrias creativas para impulsar el crecimiento económico a largo plazo figura también en el Informe, que lo ilustra con el caso de Shanghai (China), miembro de la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO desde 2010. La ciudad es hoy uno de los mayores centros creativos del mundo, y más de 7,4% de sus habitantes trabajan en el sector de las industrias creativas.
Entre las principales recomendaciones del Informe figuran medidas encaminadas a: reconocer y promover la diversidad cultural de las ciudades, integrar la cultura en las estrategias para contrarrestar la violencia urbana, invertir para incluir la cultura en el planeamiento urbano e incluir el patrimonio cultural y la creatividad en el planteamiento urbano.
El Informe Mundial ha sido posible gracias a apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y del gobierno popular municipal de Hangzhou (China).
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FUENTE | UNESCO
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