El descenso continuado de los niveles de polen evidencia el calentamiento global

sábado, junio 11, 2016 Más Noticias 0 Comments


Investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena seguran que esto puede ser una buena noticia para personas alérgicas, pero no lo es desde el punto de vista medioambiental.
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La primavera es una de las épocas del año más cruciales para los alérgicos, ya que es la estación del año donde florecen más especies. Quizá esta primavera sea menos agresiva para estos pacientes ya que el nivel de polen es menor que en otros años, pero no es una excepción, porque aunque muchos desconozcan el dato, desde 2010 a 2014 los niveles de polen en suspensión en Cartagena han descendido casi hasta la mitad. Este descenso continuado evidencian el calentamiento global.

Los investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) alertan de que este descenso no es una buena noticia desde el punto de vista mediambiental. Lo achacan a que en los últimos años no ha llovido suficiente, siempre por debajo de los valores de precipitación medios normales y la sequía persistente que sufrimos impide el crecimiento y desarrollo de especies silvestres que no tienen otro aporte de agua. Este tipo de fenómenos meteorológicos, la lluvia contribuyen a lavar la atmosfera y reducir la contaminación atmosférica, y permite el crecimiento de la masa vegetal que nos rodea y mejora nuestro entorno.

La investigadora del grupo Investigación Aerobiología y Toxicología Ambiental del departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la UPCT, Belén Elvira, explica que poseen datos de 2007 indicaban que en Cartagena se contaron 21.517 granos de polen por metro cúbico de aire, una cifra que de 2010 a 2014 descendió a la mitad, quedándose en 10.140 granos de polen por metro cúbico de aire.

Recuerdan que 2007 fue el último año que llovió por encima de la media y se llegó a los 328,5 milímetros de agua por metro cuadrado, mientras que los últimos datos de que disponen reflejan que ha llovido por debajo de los 200 milímetros de agua por metro cuadrado.

Según Belén Elvira, desde el punto de vista medioambiental, que haya menos polen en la atmósfera, “es negativo”, pues aunque pueda haber menor sintomatología alergica “esto es una evidencia de las predicciones de IPCC quinto informe del cambio climático, que señala que habrá más temperatura, menos precipitaciones y más episodios de olas de calor”en nuestra área geográfica.

A parte de los factores climáticos, los niveles de polen alérgico dependen de factores antrópicos, sobre todo en las grandes urbes. Por ello, señala que en las ciudades se deberían planificar los jardines urbanos, ya que “si están mal planificados se podrían fomentar las alergias”. Pone como ejemplo un jardín en el que haya mucha presencia de olivos. “Si sabes que afectará a la población, pon olivos pero combínalos con otras especies”, añade.

Además, comenta que recientemente han participado en la elaboración de un artículo de investigación sobre aerobiología urbana que estudia la capacidad alergénica de 20 parques, entre ellos del Parque de la Rosa, en Cartagena, y que han determinado que es “muy poco alergénico” porque las especies de árboles que se han plantado en su interior son poco alergénicas. Los parques son infraestructuras verdes que ayudan a crear ambientes urbanos sostenibles mediante soluciones basadas en la naturaleza como recomienda la U.E que presentan beneficios sociales, sanitarios y ambientales.

Elvira integra junto a Stella Moreno, José María Moreno, Antonio García, Paula García y Luis Negral el grupo Investigación Aerobiología y Toxicología Ambiental del departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la UPCT.
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