¿Qué comían los primeros homínidos?
Hasta ahora, se pensaba que, por sus adaptaciones craneodentales, la dieta de los primeros homínidos como el Homo erectus estaba compuesta por alimentos duros, como semillas o nueces. Ahora, un nuevo estudio, que ha utilizado modelos computacionales, confirma la hipótesis contraria: estos primeros humanos tenían una dieta basada en alimentos blandos como frutas y bayas.
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Ilustración de una mujer Homo erectus | José Antonio Peñas (SINC)
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Hasta el año 2010, todos los estudios parecían apuntar que los homininos arcaicos y los primeros representantes del género Homo tenían una dieta basada en alimentos duros, que podían incluir nueces, semillas u otros frutos con una cáscara más o menos rígida. Pero investigaciones más recientes empezaron a plantear dudas sobre esta hipótesis.
“De hecho, los últimos estudios que se habían llevado a cabo mediante el análisis del rastro que dejan los alimentos sobre los dientes y estudios realizados con isótopos mostraban todo lo contrario”, comenta Jordi Marcé-Nogué, profesor de la departamento de Ingeniería Mecánica de la Universitat Rovira i Virgili (URV) e investigador asociado al Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP).
Para cerrar el debate, el equipo de Marcé-Nogué durante su etapa como investigador en la Universidad de Hamburgo (Alemania), abordó el tema desde una perspectiva completamente diferente. Decidieron estudiar la morfología de la mandíbula y de la biomecánica de su aparato masticador.
Para ello, el grupo comparó datos de geometría morfométrica y biomecánicas de análisis de elementos finitos de 30 especies de primates actuales y ocho especies fósiles de homininos (Australopithecus afarensis, A. africanus, A. sediba, Paranthropus robustus y P. boisei, Homo rudolfensis y Homo erectus).
“El nombre de estas técnicas es enrevesado, pero básicamente consisten en estudiar la diferencia entre la geometría y el comportamiento biomecánico de distintas mandíbulas utilizando métodos computacionales que nos permiten analizar una gran cantidad de datos”, dice el investigador.
El resultado, publicado en la revista Scientific Reports, apoya la hipótesis de que los homininos como los australopitecos, los parántropos u Homo erectus –el primer representante del género Homo– consumían mayoritariamente alimentos blandos, como frutos con cubiertas blandas (frutas y bayas).
“Estos resultados son coherentes con los últimos estudios que se han hecho utilizando otras aproximaciones y que supusieron un cambio radical en el conocimiento que teníamos de nuestros ancestros”, señala el experto.
Lo que la dieta nos enseña
La dieta es uno de los elementos clave para estudiar las diferencias ecológicas y de comportamiento en los primates actuales y extintos.
Las técnicas de geometría morfométrica y de análisis de elementos finitos no se habían aplicado nunca hasta ahora en este campo en combinación con técnicas de aprendizaje automático (machine learning).
“El hecho de poder disponer de tantos datos del comportamiento biomecánico de los primates actuales nos ha permitido utilizarlas para entrenar el ordenador con suficiente exactitud y que después, este haga predicciones con fiabilidad utilizando técnicas de aprendizaje automático”, explica el investigador.
En la actualidad, el equipo con el que trabaja Marcé-Nogué es el único que actualmente está utilizando la combinación de estas innovadoras técnicas para estudiar el registro fósil.
“De hecho, los últimos estudios que se habían llevado a cabo mediante el análisis del rastro que dejan los alimentos sobre los dientes y estudios realizados con isótopos mostraban todo lo contrario”, comenta Jordi Marcé-Nogué, profesor de la departamento de Ingeniería Mecánica de la Universitat Rovira i Virgili (URV) e investigador asociado al Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP).
Para cerrar el debate, el equipo de Marcé-Nogué durante su etapa como investigador en la Universidad de Hamburgo (Alemania), abordó el tema desde una perspectiva completamente diferente. Decidieron estudiar la morfología de la mandíbula y de la biomecánica de su aparato masticador.
Para ello, el grupo comparó datos de geometría morfométrica y biomecánicas de análisis de elementos finitos de 30 especies de primates actuales y ocho especies fósiles de homininos (Australopithecus afarensis, A. africanus, A. sediba, Paranthropus robustus y P. boisei, Homo rudolfensis y Homo erectus).
“El nombre de estas técnicas es enrevesado, pero básicamente consisten en estudiar la diferencia entre la geometría y el comportamiento biomecánico de distintas mandíbulas utilizando métodos computacionales que nos permiten analizar una gran cantidad de datos”, dice el investigador.
El resultado, publicado en la revista Scientific Reports, apoya la hipótesis de que los homininos como los australopitecos, los parántropos u Homo erectus –el primer representante del género Homo– consumían mayoritariamente alimentos blandos, como frutos con cubiertas blandas (frutas y bayas).
“Estos resultados son coherentes con los últimos estudios que se han hecho utilizando otras aproximaciones y que supusieron un cambio radical en el conocimiento que teníamos de nuestros ancestros”, señala el experto.
Lo que la dieta nos enseña
La dieta es uno de los elementos clave para estudiar las diferencias ecológicas y de comportamiento en los primates actuales y extintos.
Las técnicas de geometría morfométrica y de análisis de elementos finitos no se habían aplicado nunca hasta ahora en este campo en combinación con técnicas de aprendizaje automático (machine learning).
“El hecho de poder disponer de tantos datos del comportamiento biomecánico de los primates actuales nos ha permitido utilizarlas para entrenar el ordenador con suficiente exactitud y que después, este haga predicciones con fiabilidad utilizando técnicas de aprendizaje automático”, explica el investigador.
En la actualidad, el equipo con el que trabaja Marcé-Nogué es el único que actualmente está utilizando la combinación de estas innovadoras técnicas para estudiar el registro fósil.
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Trabajo de referencia | Marcé-Nogué, J, Püschel, T.A., Daasch, A., Kaiser, T.M. “Broad-scale morpho-functional traits of the mandible suggest no hard food adaptation in the hominin lineage” Scientific Reports. DOI: 10.1038/s41598-020-63739-5
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FUENTE | Agencia SINC
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• ETIQUETAS • Evolución • Paleontología • Alimentación • Ecología •
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